domingo, 31 de julio de 2011

Sonrisas y lágrimas

Se viene haciendo habitual desde ya hace un tiempo ver a jovencitas y jovencitos (más de lo primero, que son más emocionales -o eso dicen, en realidad me la trae floja-) montarse vía redes sociales (¿Pero cuanto mal piensan hacerle al mundo facebook, tuenti y demases?) unas películas sentimentaloides con sus vidas que te dejan bastante asombrado.

Dicho con un lenguaje especializado: niñatos/as que se lloran porque su vida es caca y Pablito no me quiere porque se ha ido con Anderíta (¡Cómete el pollo, coño!).


Me resulta cómico (y a ellos les resulta ofensivo que me resulte cómico, lo que a su vez también me resulta cómico, y así consecutivamente de forma indefinida) el dramatismo que se montan con sus gilipolleces de proporciones ciclónicas (cómo me pone la palabra "ciclónico"), pero me resulta aún más divertido ver que lo publican in da feisbuk (alguna gilipollez de estas habré puesto yo también en un mal día y me tendré que tragar mis propias palabras, pero da igual, me he tragado cosas más grandes y duras -Me gustan las cosas grandes y duras-).
Lo cual indica que, simple y llanamente, nadie les hace ni puto caso y necesitan un poco de atención, para lo cual hacen gala de un formidable uso del control+c control+v con el cual copian citas, mensajes en cadena y todas esas cosas que denotan gran personalidad; y también sacan su lado poético para no decir nada pero con muchas palabras. ¡Cómprate una bicicleta y sal a descalabrarte, gilipollas!

En fin, que espero que esta generación de dramatismo supino de entre 12-15 años (algunos llegan a los 16-17-18... y siguen...) dure muchos más, porque la verdad es que me río bastante con ellos. Mientras, yo me echaré otra partidita al Path of Neo. Es un juego viejo, pero mola, qué coño.

¡Hasta la próxima, piratas!


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