lunes, 12 de septiembre de 2011

Historias Épicas Clásicas presenta... "Venís del chino"

Sé que prometí que la próxima Historia Épica Clásica sería la de "Follabuelas", pero es que es muy larga y necesito redactarla muy bien y con calma, así que he decidido publicar esta otra, más corta, pero no por ello menos épica y divertida.

¿Listos? ¡Gooooooeeeees!:

Cuenta la leyenda que, a mediados de septiembre de 2008, el conocido como "Shildren Team" decidió hacer una quedada general para despedir el veranico antes de empezar al curso.

Nos aventuramos, pues, los ocho integrantes, a comer en un Wok cercano al Hospital Juan XXIII de Tarragona. Una vez acabado el ritual alimenticio, y con una calda que te mueres cayendo a las 16-17 horas, decidimos refugiarnos en un parque cercano. Dicho y hecho, subimos las escaleras y llegamos a un parque, donde nos distribuimos estratégicamente.

Como la historia puede ser difícil de seguir, he decidido realizar un mapa detallado y profesional del lugar tal y como yo lo recuerdo, utilizando los más avanzados programas de diseño:





Bien, prosigamos (tened el mapa a la vista en una pestaña a parte o algo, os será muy útil -no, en serio, ya veréis-). Una vez llegamos al parque, yo me senté en el delfín, mientras que el resto del grupo que distribuyó en los bancos... a excepción de C (este está en todas) y A (este no, pero aquí se desmelenó). C y A decidieron irse a hacer el garrulo un poco al tobogán, sin armar jaleo ni nada, sólo haciendo el tonto un rato. Pero, al parecer, la señora asomada a la ventana no tenía la misma opinión y, tras echarnos mal de ojo un rato, se metió dentro de la casa (al parecer to picá con el mundo). Nosotros ignoramos tal hecho (no le dimos importancia, éramos jóvenes e irreflexivos) y seguimos a nuestra bola.

En un momento dado, A se deslizó por el tobogán haciendo un sonido semblante al de un miembro de la familia de los Phasianidae (¡¡BRLRLRLRLRL!!) y, simultáneamente, C golpeó el tobogán moderadamente (en serio, MODERADAMENTE, creeréis que no, pero fue un golpe de mierda) con la palma abierta gritando:
  ¡¡HADOUKEN!!

Por arte de magia, apareció por la esquina mortal un agente de la ley muy serio y se aproximó con paso firme hacia el tobogán (A, de espaldas a dicho agente, no se dio cuenta de su presencia, pero C sí). El agente le pegó una voz a A y le hizo volver a la escena del crimen, y acto seguido, se giró hacia C y le preguntó, amenazante y con un deje en la voz que recordaba a Torrente:

"- ¿Qué chaval... te ha hecho algo el columpio o qué?"

C dijo que no (un poco nervioso), pero el agente, nada convencido, les pidió documentación a ambos. A se la dio sin rechistar, pero C, algo nervioso, prefirió optar por la táctica de "No la llevo encima", a lo que el policía respondió con un tajante "Date media vuelta y pon las manos en el tobogán". C, con un movimiento grácil y de bella constitución (moviendo los brazos en el aire mientras se giraba) obedeció.

Claro, el agente encontró la documentación, no sin antes sacar media docena de palillos xurrimangaos del chino. 

Enfadado, el guardián de la ley nos preguntó si llevábamos droga (cabe recordar que, de los 8 integrantes, 2 tenían 14/13 años), a lo que, obviamente, respondimos que no. 


Probablemente a ojos del agente, debíamos vernos más o menos así


U, sin embargo, quiso ir más allá para zanjar el asunto (era el mayor y el que tenía -y tiene- más don de gentes), y le aclaró:

"- No, si nosotros venimos de comer del chino y ya está."

El agente se volteó hacia él, le miro con superioridad y repitió:

"- Claro, claro... venís del chino... venís del chino."

Como diciendo "Y yo me chupo el dedo, chaval". Golismeo por los árboles y alrededores de los bancos y, al no ver porros ni nada (¡Qué sorpresa!), pidió refuerzos por la radio, desde la cual le contestaron con un contundente (y desconcertante):

"- Pero, pero... ¿Ha habido agresión? ¿Tan pegao?"

Total, que aparecieron dos agentes más, estuvieron hablando un buen rato (en medio de la conversación, mi hermano se dignó a levantar la mirada de la GameBoy por primera vez en ni se sabe el rato y, sorprendido, exclamó  "¡Hostia, policías!" y siguió jugando.) y, cuando decidieron que no éramos yonkis ni nada, devolvieron los DNIs a sus propietarios y nos advirtieron para nuestras próximas gamberradas:

"- Bueno, por hoy no pasa nada, pero no le deis golpes a los columpios, que luego nos llaman los vecinos diciendo que estáis rompiendo la puta mierda esta."

Así que nos dejaron ir, libres y desconcertados, para que siguiéramos delinquiendo por ahí, con mi hermano absorbido por la GBA mientras el resto poníamos en jaque a las autoridades con nuestros atroces y diseñados crímenes.

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MORALEJA: Si estáis drogándoos en un parque, no pongáis como excusa que venís de comer del chino, porque no cuela.
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¡Hasta la próxima historia, zagales!

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