miércoles, 13 de julio de 2011

En el nombre del padre...

"Murieron llorando como niños. Pensaron en el porqué de su muerte no en el porqué de su lucha"

Morir por la patria. Morir por la libertad. Morir por la voluntad de Dios. Morir por una bandera, un himno, una palabra. Morir, morir y morir.

Hay gente que habla muy bien. Habla cojonudamente. Se ponen delante de un micrófono y se ponen a hablar. A hablar de la patria, de la libertad, de Dios, de los colores de una bandera, del aroma de tu tierra y de esos malditos cabrones que quieren arrebatarte todo eso.


Hablan y te convencen de lo que sea. Te convencen de lo malas que son unas personas que no conoces y que jamás habías visto. Te convencen de que tienes que luchar por la libertad, por la patria, por Dios. Te convencen de que tienes que morir por la libertad, la patria, Dios... te convencen. Y mueres.



Pero ellos nunca mueren. Nunca. Hablan de morir por cosas por las que ellos no derramarían ni una gota de su sangre. Ni siquiera una gota de sudor.

Y, sin embargo, tu vas y mueres.


Dicen que la vida sin principios no vale nada. Dicen que la vida sin ideales no vale nada. Dicen que la vida sin lucha no vale nada. Dicen que es mejor morir de pie que vivir arrodillado. Dicen que es mejor morir que ver morir. Dicen que es mejor morir que ver tu patria pisoteada.




Pero claro, eso sólo lo dicen los vivos.



"Dulce et decorum est pro patria mori (Es dulce y honroso morir por la patria)"


Lectura recomendada: "Johnny cogió su fusil" de Dalton Trumbo. De la editorial "El Aleph". Sólo lo podréis conseguir en la Fnac y bajo encargo, pero merece la pena.




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